domingo, 14 de abril de 2013

Molinos de viento COREA, HISTORIA Y PROPAGANDA -1 de 2 partes-

Roberto Rodríguez Baños

(AMI) Tan poderoso ha sido el despliegue de la nueva guerra mediática que prácticamente todos los 195 países miembros de las Naciones Unidas, excepto Cuba y Bielorrusia secundan a EU contra la República Popular de Corea, RPC, y  el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad en enero pasado la resolución 2087 para recrudecer el bloqueo económico y financiero impuesto por Washington y la OTAN hace ya 60 años, mucho más severo y duradero que el acoso contra Cuba.

Por si fuera poco, después de que la URSS en manos de Mijaíl Gorbachov y en plena marcha de retroceso, abandonó en 1989 a su aliado. China siguió ayudándole a la RPDC, tratando al mismo tiempo de no disgustar a su mayor socio comercial de Washington, explica Vicky Peláez* en su documentado artículo Corea del Norte y el cuento mediático de la guerra mundial que usted puede encontrar en http://www.contrainjerencia.com/ y del cual hemos tomado la siguiente información:

Desde 1910 hasta el final de la segunda guerra mundial en 1945 la península estuvo ocupada por Japón que la convirtió en su colonia. Los frecuentes intentos de la rebelión fueron cruelmente reprimidos. En 1930 los japoneses crearon varios escuadrones especiales para experimentar armas biológicas con coreanos. Uno de ellos, el Escuadrón 731 superó inclusive por su crueldad los experimentos del  doctor alemán Josef  Mengele. Cerca de 200.000 mujeres coreanas fueron obligadas a convertirse en las “mujeres de placer sexual” para el ejército imperial japonés. En 1945 la parte del norte de Corea fue liberada por la URSS y la del sur por los EU, que en 19848 hicieron permanente la división del país al cancelar  las elecciones de un gobierno unificador presidido por el líder revolucionario del norte Kim Il-sung.

En 1950 bajo el pretexto de unas maniobras militares  conjuntas norteamericanas-surcoreanas se desató una guerra que duró tres años. Según general norteamericano Curtis Lemay, que participó en la invasión, esta aniquiló a cerca de 20% de la población de Corea, cinco millones quedaron sin hogar y dos millones se convirtieron en refugiados. El general MacArthur ordenaba a sus pilotos  no regresar nunca de sus misiones de bombardeo con las bombas a bordo. Todas las construcciones más de un piso en Corea del Norte fueron destruidas. Se calcula que los gringos lanzaron más bombas sobre la RPDC que sobre Alemania durante la segunda guerra mundial.

Recién en 1953, al sentirse impotente el ejército gringo frente a la resistencia de los norcoreanos, se decidió firmar un  armisticio entre ambas Coreas que coincidió también con el inicio de la guerra fría. Al disolverse el campo socialista, Norteamérica y la Unión Europea decidieron encrudecer el bloqueo tanto contra Cuba como la RPC. Al comenzar el segundo gobierno de Barack Obama el Pentágono inició el plan Eje Asiático, una política de contención militar contra China y el traslado de las prioridades geoestratégicas occidentales del Medio Oriente al Pacífico asiático. La elevación de la Corea del Norte por los estrategas del Departamento de Defensa y los del Departamento de Estado al nivel de un “peligro latente” para la seguridad nacional norteamericana y del mundo, ha sido un pretexto para endurecer todo tipo de ya  existentes sanciones contra la RPC con el aval prácticamente incondicional de casi 195 países del planeta. Parece que ninguno de estos países se percató que la RPC es el único país del mundo que no tiene derecho de lanzar un satélite de observación para evaluar la extensión de sus bosques y pronosticar la cosecha agrícola nacional.

Inmediatamente después de poner su satélite en órbita, el mundo entero apoyó sin reflexionar la iniciativa gringa de identificar y condenar este lanzamiento como si fuera el de un proyectil balístico a pesar de que especialistas en la materia, como el científico aeroespacial alemán Marcus Schiller y el analista de seguridad espacial Michael Elleman del International Institute for Strategic Studies, entre muchos otros, declararon que no se puede comparar el lanzamiento de un satélite con él de un misil balístico. Lo curioso fue que el mismo día, la India hizo la prueba de un misil balístico y posteriormente Corea del Sur lanzó otro sin avisar a nadie y ningún país del mundo lo objetó, ni nadie hizo el ruido mediático que se levantó por el caso norcoreano.

El representante de la RPC ante las Naciones Unidas, So SE Pyong declaró que “desde la fundación de las NU se realizaron en el mundo 2.000 pruebas nucleares de las cuales sólo tres eran norcoreanas y fueron lanzados 2.000 misiles balísticos de los cuales  cuatro eran de su país. Sin embargo, las únicas pruebas y lanzamientos condenados por las Naciones Unidas eran de la RPDC, negando este organismo el derecho de usar el espacio con los fines pacíficos a su país”. Tampoco le permiten el desarrollo de su energía nuclear a pesar de ser desde 1984  miembro de la Agencia Internacional de la Energía Atómica y firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear.

La situación en la Península Coreana se agravó en marzo pasado cuando Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron las maniobras militares conjuntas Key Resolve, mostrando un despliegue inusitado del poderío militar para este tipo de ejercicios anuales y  una agresividad excesiva. En la percepción de los dirigentes norcoreanos esta actitud tenía cierto parecido con las maniobras de 1950 que dieron inicio a  la guerra en la península coreana. En seguida dieron  orden de alerta a sus fuerzas armadas y llamaron a los reservistas que  superarían unos cuatro millones. Al ver que los aviones B-52 estaban sobrevolando la península a baja altitud y a  plena luz del día, canceló el armisticio de 1953   y anunció un “estado de guerra” con Corea del Sur. rrb@red-ami.com

*Periodista peruana radicada en EU, colaboradora del diario neoyorquino La Prensa y la agencia estatal de noticias del gobierno ruso RIA Novosti. El texto aquí utilizado puede ser consultado en integridad en http://www.contrainjerencia.com/

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