lunes, 16 de septiembre de 2013

Molinos de viento JLP-EPN, 2 y final

Roberto Rodríguez Baños

(ANI) Otros temas del último informe de JLP: Política exterior [en torno a la situación en Centroamérica y el Caribe, más recientemente sobre el conflicto de las Malvinas, braceros, España, C con Brasil, Canadá, España, Francia, Japón y Suecia hemos establecido esquemas globales de cooperación económica, que toman en cuenta integrada y simultáneamente aspectos de complementación industrial y tecnológica junto con las relaciones comerciales y financieras]

La vida siempre empieza mañana. Es evidente que crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo económico. Pero es importante no cometer el error opuesto. El de suponer que es posible obtener desarrollo social, sin crecimiento económico y sin generación de empleos. También es evidente que pueda formularse la tesis aséptica de aspirar a un crecimiento de la economía sin incurrir en lo que se califica como el romanticismo de querer combatir la pobreza y la marginación.

Hubiéramos podido, en efecto, haber optado, como lo hicieron muchos países, por una política de restricción económica, con la idea de guarnecernos de los embates de la desquiciante situación internacional, que hemos estado padeciendo desde hace ya más de diez años. La experiencia de quienes así lo hicieron nos muestra que hubiera sido un sacrificio infructuoso: desempleo, recesión, debilidad política, dependencia creciente, injusticia y represión galopantes y aún así la persistencia inexorable de la inflación.

Las prioridades de la Alianza para producción han sido alimentos y el sector de la Energía. Como sustento de ambos, debíamos impulsar la fabricación nacional de maquinaria y equipo de demanda. El petróleo, que se agota, lo sembraríamos para generar otros recursos que no se agotan. Mientras la economía mexicana despertaba de su letargo, la economía mundial y, en especial la europea y norteamericana, se adentraban en recesión cuya duración y profundidad nadie había vaticinado. El estancamiento inflacionario se convertiría poco a poco en la tónica de país tras país.

La estructura productiva mundial se vio crecientemente sujetada por una estructura financiera injusta y obsoleta que clamaba como único remedio a la crisis creciente, la restricción y el desempleo. Ese contexto internacional, y las presiones que de él emanaban, planteaban a México, una estrategia sustancialmente diferente, que no aceptamos; pero que sufrimos como presión: - Primero, utilizar los recursos del petróleo para la importación de los alimentos y los productos industriales cuya producción interna se reduciría como consecuencia de una apertura drástica e indiscriminada del mercado externo. Nos negamos a ello. No ingresamos al GATT. Los transnacionalizados nos imputan ese grave pecado.

Se pretendía que contribuyéramos así a utilizar la capacidad ociosa existente en los países avanzados, lo que concurriría al fortalecimiento de un mercado neutro, calificado como más racional y no a que fortaleciéramos nuestra producción interna, agrícola e industrial, calificada de ineficiente, se llama por los poderosos, favorecer "mezquinos intereses nacionales". Por último, reducir al máximo la acción pública sacrificándola al concepto de equilibrio pasivo de finanzas públicas. Lo anterior afectaría principalmente los servicios de Salud, Educación y Combate a la Marginación y se reducirían, entre otros, los subsidios a los alimentos básicos y al transporte colectivo urbano. Nos opusimos a ello. Luchamos al límite de nuestras fuerzas.

Seguiría la denuncia: en las sombras de la noche un grupo hampones a quienes se había concesionado la banca nacional, la habían quebrado por manejar abusivamente los recursos de los mexicanos, hipotecando y vendiendo a precios ridículos lo que no era suyo, esas concesiones a grupos de capital extranjero. En una jornada épica que habría sido imposible de no contar con el respaldo de su pueblo, el presidente rescató el patrimonio malversado por la delincuencia de cuello blanco y estructuró una consistente banca estatal. Pocos meses después Delamadrid pondría frente la banca del Estado una competencia privilegiada, las mal llamadas casas de bolsa. Él y Salinas devolvieron las empresas estatizadas a la jauría de la ineptitud y la traición. Fox y Calderón cerrarían el cirulo. Un banco gringo y varios españoles son ahora los más beneficiados del jineteo del ahorro de los mexicanos.

El 15 de septiembre de 2008 Lehman Brothers anunció su quiebra por manejo irresponsablemente perverso del dinero de sus accionistas, hundiendo a EU y al mundo en la peor crisis inmobiliaria de la historia. De ahí deriva la recesión actual que alimenta la prosperidad financiera de gobiernos corruptos y el hambre de millones de seres humanos sobre el plantea. Igual que López Portillo en 1982, Obama asumió el costo del saqueo de los capos de Wall Street y aun no logra hacer salir del hoy a los desorientados y deficitarios EU de nuestro tiempo. España hace agua por los cada vez más abundantes agujeros de corrupción y es un barco tripulado por rufianes. La Unión Europea cruza los dedos para que Ángela Mérkel siga sacándole las castañas del fuego.

Un lustro después, la banca gringa está más concentrada en unos pocos acaparadores, puesto que los activos de las seis mayores entidades financieras de ese país son ahora 28% superiores a los niveles de 2007. Tras la crisis de 2008, las clases media y baja no se han beneficiado tanto como los ricos, dice Obama al hablar sobre Lehman Brothers, y presiona a los republicanos por el presupuesto de EU. El mundo no se repone del latrocinio y gobiernan quienes lo causaron.

López Portillo tuvo el infortunio de enfrentarse a la situación en los últimos días de un mandato sin continuidad posible y fue víctima del inmisericorde aluvión de calumnias, denostaciones, sucias mentiras de aquellos a quienes el presidente incurrió en el grave error de no encarcelar e incautar el botín.  Es inevitable la nostalgia de aquél México en el que hoy padece tanto y donde una jauría de basurero continúa infamándole.

Cuánto te necesitamos, presidente, el último, como dijiste bien, de la revolución. rrb@red-ami.com http://nrrb.blogspot.mx/


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