lunes, 16 de septiembre de 2013

Molinos de viento JLP-EPN

Roberto Rodríguez Baños

(AMI) Estamos aprendiendo a transitar, no sin problemas, de un gobierno de mayorías absolutas, a otro en el que de manera garantizada concurren las minorías […] para culminar el proceso de la ley de amnistía, se beneficiaron las últimas cuarenta personas que se hallaban en el supuesto de esta norma […] capítulo de la propia reforma política.

Disidencia radical ya no es disolución social, sino posible integración de oposiciones. Protesta ya no es necesario sinónimo de violencia y delito, sino puede ser cuestionamiento encauzado y fértil. La voz de la inconformidad salió de la clandestinidad y libre se multiplica, garantizada como derecho a la información, respetada como libertad de expresión, de prensa y sobre todo, como seguridad al uso de medios masivos de comunicación.

Las calles están abiertas a las reuniones y manifestaciones públicas de toda idea, cuestión e interés. Se disiente, se discute, se discierne en el respeto y la tolerancia. Esa es la democracia y en ella el pueblo resuelve y vota. Y votó y aquí estamos. Aquí están, y en buena hora, con voz, voto y fuero, críticos radicales y nuevos opositores, bienvenidos. También están los miembros de mi partido. Un abrazo solidario y una consigna: sigan haciendo los cambios revolucionarios desde las instituciones, lo mismo en la calma que en la tormenta.

El balance último de nuestra gestión será obra de la historia. La angustia ante ella, mi preocupación más íntima; pero al fin de cuentas poco importa el destino, la imagen o el prestigio individual de un hombre y la suerte que la posteridad le depare. Lo que importa es que se salve nuestro patrimonio común de instituciones y esperanzas.

Establecimos la Comisión de ayuda a refugiados. Ningún mexicano está asilado en embajada o país extranjero. Mantenemos así nuestra vocación de paz para garantizar los derechos humanos de los que padecen persecución por sus convicciones políticas. Aquí no sólo las respetamos. Las consideramos opciones institucionales para el pueblo de México. Tenemos que conciliar a lo que a veces parece irreconciliable: mantener buenas relaciones de fondo con los EU y, al mismo tiempo, postular y desarrollar nuestra simpatía y apoyo a las luchas más nobles de los pueblos del mundo en desarrollo, en particular de la región más cercana a nosotros y a la vez más convulsionada: Centroamérica y el Caribe.

Hubiéramos podido dedicarnos a cultivar las relaciones diplomáticas, económicas y comerciales con nuestro vecino del norte, haciendo caso omiso de lo ocurrido al sur del Suchiate. Pero ¿con qué dignidad podría yo representar a México ante el mundo si así hubiéramos actuado? y ¿con qué fuerza, con qué orgullo podríamos negociar el sinnúmero de asuntos pendientes con los EU si nos traicionábamos a tal punto con nosotros mismos?, tomadas por separado cualquiera de las dos responsabilidades son fáciles de asumir. Lo difícil y a la vez lo imperativo, es cumplir con ambas simultáneamente.

El acuerdo petrolero de San José que firmamos con Venezuela ha resistido el paso del tiempo y el peso de la crisis. Entre 1980 y 1982 la ayuda económica de México a los países del área por este concepto ha sumado 700 mdd. En términos anuales, este monto es idéntico al del plan de ayuda a la cuenca del Caribe propuesto por EU, siendo incomparables las capacidades y condiciones de nuestras dos economías […] mantenemos vivos nuestros compromisos, porque queremos decir al mundo no con palabras, sino con el ejemplo de los hechos, que es posible apoyar el desarrollo de los débiles sin abusar de su situación; sin someterlos a la humillación de admitir intervención o condiciones ideológicas; que es posible ayudar en la dignidad y en el respeto a resolver la desigualdad y la injusticia, sin buscar siquiera, la gratitud.

En las buenas, pero también en las malas, hemos permanecido al lado de nuestros hermanos nicaragüenses. Su gobierno, apoyado por su pueblo, le ha cumplido; nosotros lo hemos hecho con ellos, apoyándolos hasta donde hemos podido y cumpliendo así también con nosotros mismos. Hoy, cuando la incomprensión, la ceguera y la impune arbitrariedad de la fuerza acosan a esa pequeña y sacrificada nación, es orgullo de México poder decir con la razón y el derecho: Nicaragua debe resolver por sí, sus problemas; no la agobien más con presiones económicas; ni la amenacen con intervenciones armadas de disidencias artificiales. Hay opciones racionales y dignas […] Parafraseando a Lincoln insisto en que ningún país es suficientemente bueno para intervenir en otro sin su consentimiento.

Con relación a Cuba desarrollamos la política digna fijada por México desde hace 20 años. Rechazamos el aislamiento y reforzamos los lazos que históricamente nos unen con ese heroico pueblo. Desde 1980 proseguimos gestiones discretas buscando el fin de ese absurdo silencio que impera entre dos grandes naciones separadas por apenas 150 kilómetros del mar Caribe. Así se explica la propuesta de paz que formulamos en Managua en febrero de este año: es evidente para todos que la alternativa a la negociación era y es, la conflagración regional.

No caigan hermanos centroamericanos en la definición violenta de artificiales diferencias que en rigor lo son de dicotomías hegemónicas, que no son las nuestras; que las juventudes idénticas no se maten y que no se manche la nobleza de nuestras tradiciones latinoamericanas. Con Costa Rica, estrechamos relaciones en todos los terrenos incluyendo, en particular, el de la cooperación económica. Apoyamos decididamente, desde 1977, la legítima reivindicación de Panamá por establecer su soberanía sobre el Canal que lleva su nombre.

EU quiere tratarnos como si ya fuéramos una economía subdesarrollada y no carece de argumentos.  El conjunto de elementos de nuestra relación económica con los EU - aún, impuestos compensatorios, barreras arancelarias, relación con el GATT, etc.- se enmarcan en el desfase citado y en la transición en curso. Negociamos lo que era negociable, sin lograr grandes avances, pero sin sufrir tampoco dolorosas derrotas. Fragmentos del último mensaje de 1° de septiembre, el de 1982, del presidente José López Portillo. Mañana presentaré aquí la parte correspondiente al final de ese texto, dictado y pronunciado por el último patriota a quien recuerdo en ese cargo. rrb@red-ami.com http://nrrb.blogspot.mx/

*/Este texto se distribuyó originalmente con el título El último patriota, 1


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